Internet de las cosas (IoT) ¿Qué es? ¿Para qué sirve?

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¿Qué es el Internet de las cosas? ¿Para qué sirve?

El Internet de las cosas (IoT) o Internet of Things, es la conexión de objetos cotidianos a Internet, con el objetivo de hacerlo más eficiente, más inteligente o en definitiva más útil.

En la práctica, el Internet en sí mismo no es lo que aporta siempre el valor al objeto al que se aplica el IoT, si no los sensores, receptores, o en definitiva, el hardware que se agrega a dicho objeto.

Vamos con algunos ejemplos prácticos a 3 niveles para comprender el valor del internet de las cosas:

Primer ejemplo (ejemplo sencillo – El botijo inteligente):

Un botijo al que le añadimos sensores capaces de medir la temperatura y el volumen del contenido. Así logramos que nuestro botijo nos avise con una notificación al móvil cuando los grados del agua estén a punto de sobrepasar la temperatura confort para ser bebido.

Evitaríamos encontrarnos con la sorpresa de que el agua de nuestro botijo está caliente cuando más nos apetece consumirla.

Imaginemos además que con una aplicación móvil pudiéramos saber cuánto tiempo se ha mantenido nuestra bebida a esa temperatura confort y cuánto tiempo hemos tardado en beber todo el contenido. Además se podrían obtener estadísticas de cuánta agua hemos bebido durante esa semana o cuál es el momento del día que más agua bebemos. También puede avisarnos cuando llevemos mucho tiempo sin beber agua y estemos en riesgo de deshidratación.

Segundo ejemplo (ejemplo común – Relojes inteligentes):

Añadimos la tecnología pertinente a un reloj para que nos ofrezca métricas de nuestro pulso, calidad del sueño, pasos diarios, notificaciones etc. Además de consejos personalizados de salud como planes de entrenamiento en función de nuestra actividad diaria. Recordemos que originariamente se trataba de un reloj.

Tercer ejemplo (ejemplo pro – Multinacional agrícola):

Compañía de cultivos que decide instaurar receptores en sus campos para mejorar su sistema de regadío y que estos receptores activen el riego cuando la planta lo necesita y no cuando un temporizador lo determina. Además emplea únicamente el agua que necesita la planta, ni más, ni menos.

Las sondas analizan la riqueza del suelo, generando alertas por inteligencia artificial de los días de abono, ahorrando millones de euros en recursos innecesarios que intoxiquen el suelo, reduciendo la huella de carbono y haciendo mucho más eficiente la producción.

¿Qué tienen en común la tecnología RFID y el internet de las cosas?

El RFID es una identificación por radiofrecuencia y ha marcado un antes y un después en el ecosistema del IoT. El mejor ejemplo son las empresas de logística, ya que han incorporado esta tecnología para identificar, hacer inventarios y en la práctica controlar todas sus mercancías.

Empresas como Decathlon han implementado esta tecnología RFID para hacer control de envío y gestión de stock de las tiendas. Han mejorado su seguridad frente a robos y tienen un sistema de peticiones de órdenes a almacén de los más eficientes.

El internet de las cosas es un hecho, y tiene aplicaciones tanto a la vida cotidiana del usuario como al mundo empresarial o industrial. Nos rodea y somos consumidores de esta tecnología queramos o no. El concepto de internet de las cosas es tan amplio que todo lo abarca y hace muy difícil predecir hasta dónde va a llegar o por dónde va a evolucionar.

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